Versión resumida:
Cuando firmas una oferta de luz y gas, es sólo para 12 meses. Después te pueden subir hasta un 40% de repente el importe de facturas de energía. Por eso, cada año hay que cambiar de compañía o renegociar con la misma una nueva oferta anual.
Por ejemplo (electricidad):
Empresa: Antes = 12.000 €. Después = hasta 16.800 €.
Hogar: Antes 600 €. Después = hasta 900 €.
Soluciones:
1. Busca por tu cuenta (y acierta) la mejor opción de renovación o contrato nuevo anual.
2. Hazte la vida más fácil: Contrata los servicios de una gestoría energética profesional y de confianza.
Versión extendida:
Todas las ofertas en el precio de las facturas de luz y gas que ofrecen las comercializadoras de energía tanto para empresas como para hogares tienen vigencia de un año. Es, a partir de la finalización del contrato, cuando tu compañía te aplicará los precios que considere oportunos, lógicamente, por encima de los que se firmaron. Es decir, si no revisas tu contrato cada año, al cumplirse los 12 meses desde que se firmó el contrato de suministro eléctrico o gas, te van a subir los precios tanto de término de energía como de término de potencia, con total impunidad y sin avisar.
Estas subidas, dependiendo de la comercializadora, pueden ir desde una subida prácticamente insignificante (las menos) hasta una subida en precios de un 40%, como es en el caso de las compañías eléctricas y de gas más conocidas.
Y cuanto menos caso hagas a tu contrato y más tiempo pase, más subidas progresivas se te irán aplicando, siempre hasta un techo máximo permitido por la CNMC, fijado en un nivel bastante alto.
Por ejemplo:
· Una empresa que durante la contratación de una oferta pagó al año 12.000 € (antes) en luz, si no firma un contrato nuevo en el año siguiente y no vuelve a negociar precios para los próximos 12 meses, pasará a pagar más de 16.000 € (después).
· Un hogar puede pasar de 600 € (antes) anuales a casi 900 € (después), sólo en electricidad. Además aquí suele ocurrir que se contrata una oferta con buenos precios, pero está supeditada a la contratación de un servicio de valor añadido (como un servicio de asistencia eléctrica) que durante unos meses te sale gratis, pero después comienzan a cobrártelo y ni recuerdas qué era ni para qué lo contrataste.
Soluciones:
1. Busca en internet ya mismo cómo están los precios de mercado entre las distintas comercializadoras. Ten mucho cuidado con los comparadores, ya que no suelen ser de fiar. O llama a todas las compañías que conozcas para preguntar y anota los precios para después analizar y comparar por ti mismo cual es la mejor oferta.Una vez identificada la mejor opción para tu tipo de consumo, contrátala por teléfono y anótate en la agenda que dentro de 12 meses tienes que volver a realizar la misma operación, ya que no siempre la misma comercializadora ofrece los mejores precios cada año, y vuelve a firmar un nuevo contrato anual para que los precios que dispongas sean siempre los precios mínimos de mercado para los próximos 12 meses. Por supuesto, no esperes que si negociaste precios mínimos el año anterior, para el próximo año te den precios inferiores, ya que casi siempre el precio de la energía sube cada año, el IPC también, etc.
2. Hazte la vida más fácil: Contrata los servicios de una gestoría energética profesional y de confianza para que ellos se encarguen de todo y tú puedas vivir con la total tranquilidad y seguridad de que estás pagando un precio mínimo en tus facturas de luz y gas, año tras año y sin preocupaciones.
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